Este es un espacio en el que se debaten ideas en un lugar peculiar... mi mente. Y les informo que el título de cada entrada no es el tópico del texto, sino la idea con la que inicio.

jueves, 20 de agosto de 2015

Carta a una princesa.

Querida princesa:

Hola. Sé que no estoy ante ti ahora mismo. Puede que nunca lo esté, pero puedo estar seguro de que sonreirás al leer esta carta. Levantarás una ceja y gruñirás antes de volver a reír, como me encanta que hagas. No puedo verte, pero estoy seguro de que te ves fantástica. Claro, en cualquier momento puedes leer esta carta, pero en todo momento te ves hermosa. Y no lo digo por decir. Lo digo porque es verdad. Porque es de las pocas cosas de las que puedo estar seguro en verdad.

Buenos días. Buenas tardes. Buenas noches. Me gustaría que cuando estés leyéndome, sea yo el primero en darte uno de esos tres. Porque realmente me importa que alguien te diga eso. Y me importa que sea yo. Por eso te digo: Esta carta es para leerla de mañana, muy temprano, o de noche, muy muy tarde, entre las sábanas, y con ropa ligera, con un vaso de leche de un lado y con un bolígrafo en la mano. Puede que esté siendo un poco egoísta, pero eres una princesa, y lo creo conveniente.

Puedo imaginar tu mano abriendo el sobre. Puedo imaginar tus labios mordiendo el sello, porque no se abre. Tus uñas no son muy largas, ni tus pestañas. Tus dedos son delgados, y tus muñecas son delicadas. Tu nariz olfatea el perfume que impregné en esta hoja, porque soy un enamorado distraído, y pasé por alto el hecho de que eso lo hagan las mujeres en el pasado. Yo quiero que también huelas algo rico. Quiero que recibas una carta colorida, que diga mil veces lo que siento por ti. Pero no.

Princesa. Me estoy volviendo loco. Necesito decirte esto que me está pasando. Durante mucho tiempo te conozco en mis pensamientos. Y durante tantas noches te visité en mis sueños. Por muchos días estuve suspirando por ti. Por muchas más noches estuve escribiendo para ti. Escribiendo cartas, poemas y frases que diría al verte. Escribiendo sentimientos hechos tinta que luego tiraba a la basura. No. Eres una princesa. Mereces lo mejor.

Disculpa. Me estoy enamorando. Quizá estés enojada. O confundida. ¿Por qué alguien se enamoraría de una princesa? Es algo extraño. Algo anticuado. Algo fuera de moda. Algo que me carcome por dentro. Pero ¿a quién le importa? Yo te necesito a ti. Yo necesito a mi princesa. Lo demás no puede importar. No debe.

Yo no soy un príncipe. Yo no tengo nada para ofrecerte. No tengo la cabeza de un dragón, ni la espada cubierta de sangre de ogro. Ni siquiera tengo armas. Tengo flores, eso sí. Tengo un ramo enorme de ilusiones. Tengo brotes de anhelo. Tengo semillas de un "nosotros" desconocido. Y estoy a punto de regarlas. Solo necesito que estés ahí, conmigo.

Princesa. Hoy encontré un rastro de ti. Miré por la ventana, y te vi a los ojos. Te asomaste por el horizonte y me sonreíste. En ese momento, fui feliz. Mi mundo se paralizó. En ese momento, me bastó. ¿Es esto amor? No lo sé. Nunca lo he sentido. O quizá sí, pero no puedo saberlo. No se lo que es. Tengo miedo, miedo a lo desconocido. Si nunca he sentido amor, ¿cómo sabré cuando expresarlo y cuándo no? ¿Cuándo sabré si me miento a mí mismo? Tengo miedo de mentirte. ¿Sientes lo mismo que yo?

Princesa. Tu sonrisa brilla mucho. Demasiado. El calor de tus mejillas se coló por mis ojos y su ardor se hizo presente hasta en mi corazón y mi estómago. Me sentí cálido. Es una experiencia maravillosa. Casi espiritual. Debí desmayarme, pero no lo hice. Cuando te miré, con la mirada tan intensa, y tu brillo me respondió, me sentí lleno. A punto de explotar. Siento ganar de llorar. De gritar. De morir... morir de amor.

Princesa. No puedo sacarte de mi mente. ¿Acaso la controlas? ¿Acaso vives ahí? Eso sería reconfortante. Sentir que te tengo siempre conmigo, me haría muy feliz y triste a la vez. ¿Sabes por qué? Te confesaré. Te diré mi fantasía. Quizá no deba decirlo. Es muy pronto. No me has hablado y aún así, puede que te sonrojes. Porque yo lo hice. En mi imaginación, muy en el fondo, tengo este deseo apasionado que guía mis acciones todo el tiempo. Es un deseo atroz, despiadado, que roba mis energías y mi futuro. Deseo tocarte. Deseo conocerte. Deseo estar a tu lado, y que sepas que estoy ahí. En tal atrevimiento de tocar tu mano... No lo puedo evitar. Desde lo más profundo, en mi inocente mente... Te deseo.

Princesa. ¿Has sentido esas ganas de saber tanto de otra persona que, en una manera metafórica, la estarías devorando? Bueno. Pues esta noche lo siento. Cuando te vea, lo primero que diré será: "oye, ¿cuál es tu nombre? ¿Qué edad tienes? ¿Qué te gusta hacer? ¿Cuál es tu color favorito? ¿Tu animal favorito? ¿Tu fruta favorita? ¿Cuando caminas en la playa escondes tus pies en la arena? ¿Le tienes miedo a la oscuridad? ¿Me besarías? ¿Tendrías en tus manos la posibilidad de cambiar el mundo? ¿Qué opinas de la reencarnación? ¿Crees en la suerte? ¿Cómo se siente ser como tú? ¿De donde vienes?..." Y preguntaría hasta quedarme cansado y sin voz. Porque quiero. Porque sí.

Princesa. Me tengo que despedir. El sobre es pequeño, y hay un límite en lo que puedo doblar una hoja de papel. Si te soy sincero, escribiría por el resto de mi vida, si estuviera seguro de que me leerás. Pero la verdad es que no se si esta carta terminará en tus manos, o en el cesto del escritorio. Quizá en ambos, quizá en ninguno. Pero las palabras que te dedico ten por seguro que todas llegan a ti. No es superstición. He leído que cuando dos corazones están destinados a estar juntos, sus almas se conectan al punto de comunicarse sin necesidad de estar cerca, ni hablar. A veces me siento así. A veces siento que me abrazas, siento que me besas, siento tu respiración en mi cuello, y tus caricias en mi espalda. A veces caigo en la locura, y me dejo llevar en tu canto. Tu voz me mece y me estremece, y termino por llorar hasta altas horas de la madrugada. A veces no duermo. A veces.

Princesa. Una última cosa. Gracias. Gracias por haber estado conmigo. Gracias por hacerme quien soy ahora. Es algo mágico, ¿no? Que alguien que ni siquiera sabes si existe o no, pueda hacer este cambio en tu vida. Es perfecto. Es lo que necesitaba.

Princesa. Te quiero. Ahora estoy seguro de eso.

Princesa. No puedo más.

Princesa. Te necesito.

Princesa.

¿Princesa?





                                ______Tuyo por siempre, tu admirador secreto.______


No hay comentarios.:

Publicar un comentario